Conversaciones con el mundo · Escritos

Las golondrinas

Las recuerdo bien, eran frágiles, ligeras al viento y si querían también podían ser muy escandalosas. Volaban alto, se alejaban y volvían, siempre volvían.

Recuerdo aquella casa, hace tantos años, esa casa enorme en donde las golondrinas llegaban y hacían nido. Mi abuela solía decirme que ellas sólo hacían «su casita» donde sentían tranquilidad, donde notaban un ambiente pacífico y seguro.

Todas las primaveras llegaban a hacer sus nidos, las veía construir con tanta dedicación. Luego llegaba la espera… Al cabo de algunas semanas los polluelos nos indicaban su llegada al mundo con gritos sonoros. Y las madres los alimentaban sin descanso. Las veía volar, ida y vuelta.

Han pasado tantos años, aún recuerdo las palabras de mi abuelita y a las golondrinas, tristemente, no las he vuelto a ver.

Stephania.

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